Conocemos a través de la historia que los patios, en cuanto espacio
físico incorporado a las viviendas, existían en tiempos de los griegos.
La influencia romana incorpora el agua en el patio y son los árabes
quienes transforman el patio en un lugar socializador.
En la actualidad, podemos decir que la inmensa mayoría de las casas
del Casco Histórico poseen patio. También sabemos que era tradicional
las visitas de vecinos de un patio a otro, durante el mes de mayo.
Las referencias al inicio del Concurso de Patios Cordobeses se sitúan
en 1921. En concreto, en este año, la Comisión Organizadora de los
Festejos del Municipio Cordobés, anuncia que para la edición de la Feria
de Ntra. Sra. de la Salud, "se llevará a cabo un concurso de patios,
escaparates y balcones adornados" y establece tres premios para los
ganadores de cien, setenta y cinco y cincuenta pesetas. (Según consta en
la documentación del Archivo Histórico Municipal).
Es en 1933, cuando aparece el primer cartel anunciador del Concurso y en él se concretan las fechas durante los días 1O al 20 de mayo, se aumentan los premios a 500 pesetas, 300 pesetas y 200 pesetas, los tres primeros y cinco premios de 100 pesetas.
Entre 1934 y 1936, la participación fue variable, en 1935 se llegó a la más alta, veinte patios, cota que no se repetiría hasta los años cincuenta. EI 18 de julio de 1936 estalló la guerra civil, provocando la suspensión de esta fiesta hasta su término el 1 de abril de 1939. Apenas un mes después se celebraba en Córdoba la Feria de Nuestra Señora de la Salud, que en aquella fecha fue llamada "Fiestas de la Victoria" y dónde se recuperó por medio del alcalde José María Verástegui el concurso de patios; por la situación de recuperación social esta convocatoria tuvo poca acogida, solo participaron diez patios. El período de penuria para la población y para los gobiernos municipales hizo que la festividad no se celebrará entre los años 1940 y 1943.
Es en 1933, cuando aparece el primer cartel anunciador del Concurso y en él se concretan las fechas durante los días 1O al 20 de mayo, se aumentan los premios a 500 pesetas, 300 pesetas y 200 pesetas, los tres primeros y cinco premios de 100 pesetas.
Entre 1934 y 1936, la participación fue variable, en 1935 se llegó a la más alta, veinte patios, cota que no se repetiría hasta los años cincuenta. EI 18 de julio de 1936 estalló la guerra civil, provocando la suspensión de esta fiesta hasta su término el 1 de abril de 1939. Apenas un mes después se celebraba en Córdoba la Feria de Nuestra Señora de la Salud, que en aquella fecha fue llamada "Fiestas de la Victoria" y dónde se recuperó por medio del alcalde José María Verástegui el concurso de patios; por la situación de recuperación social esta convocatoria tuvo poca acogida, solo participaron diez patios. El período de penuria para la población y para los gobiernos municipales hizo que la festividad no se celebrará entre los años 1940 y 1943.
Ya en 1944 reaparece el Concurso, aunque los patios inscritos
seguirían siendo escasos, una media de diez hasta el 1949. Sin embargo
será una etapa en la que el Concurso no termina de consolidarse y surgen
diferentes voces de la cultura cordobesa que propugnan nuevas ideas
para realzar la fiesta, como la celebración de "La noche del Patio
Cordobés" acompañando el fallo del jurado con actuaciones flamencas o
unificar el programa de la Feria de Mayo, empezando con el Concurso de
Patios y finalizando con la Batalla de Flores. En 1947 el primer premio
ascendió hasta las 750 pesetas. En los años 1950 y 1951 se permite la
participación a los primeros patios fuera de concurso, cuyos
propietarios recibirán por parte del Ayuntamiento una ayuda para el pago
de los gastos.
En 1952 se dan una serie de modificaciones en las bases, entre las que
destacan: La cuantía del primer premio que asciende a 3.000 pesetas, se
incluye un cuarto premio, y el jurado valora la actuación de cuadros
flamencos en los patios.
Los dos siguientes años (1953 y 1954) el concurso de cruces absorbió al de patios y en 1955 desaparece de nuevo.
Los dos siguientes años (1953 y 1954) el concurso de cruces absorbió al de patios y en 1955 desaparece de nuevo.
Tuvo que ser el poeta cordobés Ricardo Molina el que aportara un poco
de luz a esta situación que se antojaba irreversible. En 1956 se inicia
el Festival de Patios Cordobeses, el poeta junto al alcalde Antonio
Cruz Conde dan un nuevo impulso al certamen; las bases no difieren mucho
de las anteriores, pero si encontramos una diferencia sustancial, con
la que se pretenderá dar un aire nuevo a la festividad, en los patios se
desarrollarán actuaciones de baile con cantaores, costeados estos actos
por el Ayuntamiento. Aquel año hubo trece participantes, el primer
premio recayó sobre San Basilio 50. El número de patios a concurso fue
aumentando, veinte patios en 1958 y treinta y siete en 1960, durante los
años sesenta se mantuvo una media de treinta patios. Los premios fueron
aumentando hasta las 20.000 pesetas del primer premio a finales de la
década. El festival fue creciendo en participación y en actos paralelos,
como la elección de una reina de la belleza, la creación de la revista
Patio Cordobés, las subvenciones de firmas comerciales, el aumento de
patios participantes fuera de concurso, etcétera. En 1968 dejó de
participar el patio de Badanas 15, acaparador de gran número de premios
desde 1933. En los setenta el número de patios registrados disminuye,
sin embargo, la proyección del festival se ve reforzada: aumentan a seis
el número de premios principales, siendo ya el primero de 30.000
pesetas y, surge, en 1974, la Asociación Amigos de los Patios Cordobeses
que fijaron su sede en el popular patio de San Basilio 50, evitando su
desaparición. A principios de los ochenta el Festival de Patios es
declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional. Lo más destacado en
estos años es el crecimiento económico del concurso, el primer premio se
incrementó a las 100.000 pesetas en 1983 y llegó hasta las 200.000 en
1989, se entregaban junto a los premios principales tres accésits de
90.000 pesetas y algunas subvenciones de 75.000 a patios fuera de
concurso. Se intentaba así premiar el enorme esfuerzo que suponía el
mantenimiento de estos espacios a lo largo de todo el año, pero
desafortunadamente este hecho no se vio reforzado con el aumento en la
participación, quedándose en una media inferior a los treinta a lo largo
de la década. En 1984, se dejó de realizar el concurso de belleza de
Reina de los Patios.
La
década de los noventa será la de la consolidación del certamen. La
incorporación a la gestión económica de la firma comercial de aceites
Carbonell, junto al Ayuntamiento de la ciudad, hizo que el primer premio
ascendiera en 1990 hasta las 300.000 pesetas y llevará el nombre de la
empresa; la iniciativa privada también se vio representada por la
Fundación Sevillana de Electricidad que promovía unos premios especiales
a la mejor iluminación artística. El año 1996, en que ganó el histórico
patio de San Juan de Palomares 11, fue relevante para el festival, ya
que el Ayuntamiento comparte su organización con la Asociación de Amigos
de los Patios Cordobeses. Las novedades incorporadas a las bases del
siguiente año incluían la existencia de dos categorías a concurso,
arquitectura antigua y arquitectura moderna; los primeros premios de
cada una serían de 400.000 y 300.00 pesetas, respectivamente, y seguían
siendo subvencionadas por la firma Carbonell. Los premios secundarios se
dedicaban a aspectos específicos, como variedad floral, esfuerzo
vecinal, uso artístico del agua y de la iluminación, además la empresa
municipal.
Vimcorsa se une como iniciativa privada con un premio a la
conservación arquitectónica para los patios antiguos. En el año 2000 la
mejora económica se acentúa, primeros premios de 600.000 pesetas (3.606
€) y 400.000 pesetas (2.404 €) para arquitectura antigua y moderna, pero
sobre todo una dotación de 200.000 pesetas (1.202 €) a todo patio
participante; esta vez, si hubo un reflejo directo en el número de
participantes, que asciende hasta los cincuenta y tres, más dieciocho
fuera de concurso. Se une a la organización la Asociación de Patios
Cordobeses "Claveles y Gitanillas". Los últimos años han supuesto un
fortalecimiento notable para el Festival de Patios Cordobeses: el
incremento de la iniciativa privada; la gran participación de patios a
concurso, superando una media de cuarenta y cinco, a los que hay que
añadir los que abren sus puertas al visitante pero fuera de concurso;
los primeros premios se mantienen pero aumenta la dotación por
participar, que oscila entre 1.900 y 2.100 €, dependiendo del tamaño del
patio; y, la completa programación que enriquece el festival con
actuaciones de flamenco, recordándonos la iniciativa del poeta Ricardo
Molina medio siglo atrás. En esta edición de 2013, son admitidos 52
patios a concurso, y fuera de él 12.
El mes de mayo en Córdoba es un mes festivo, lleno de color, de
aromas, de luz, de vida, todo esto se respira en el típico patio
cordobés, sus dueños se esfuerzan año tras año para que el visitante
disfrute del paseo por las diferentes zonas y se deje seducir por un
lugar que pervive con el paso del tiempo.
Hoy Córdoba se caracteriza por poseer, a nivel popular y festivo, un
gran Festival de Patios como fiesta singular, aportando a la ciudad un
incomparable marco hospitalario, en el cual Córdoba brilla por su olor y
color gracias a esos patios que abren sus puertas a lo largo del mes de
Mayo.
El 6 de diciembre de 2012, la UNESCO declara a "la Fiesta de los Patios" como Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad.
No cabe la menor duda de que la UNESCO premia, especialmente y por
encima de cualquier otro elemento, lo inmaterial, no las macetas ni la
caña de regar las plantas, premia "la forma de vida que se desarrolla en
el patio", el hecho de que un grupo de vecinos abra sus puertas para
compartir con cualquier visitante su hábitat más íntimo y al que protege
durante todo el año con mimo y mucho cariño.
Los patios no se "montan" en quince días. Los patios son el fruto de
años dedicados a plantar, a colocar, a regar, a colgar y a disfrutar
tanto las plantas como el resto de elementos que componen un espacio de
convivencia y de disfrute de todos los sentidos en el marco de la propia
vivienda.
Lo inaudito es que haya personas que durante doce días, en el ámbito
de un concurso, quieran compartirlo y haciendo gala del carácter
cordobés permitan que cualquiera lo disfrute también. Los patios se
abren en la primera quincena de mayo, no por casualidad, es el inicio de
la primavera, cuando las plantas inician sus partos y dan a luz esas
maravillosas criaturas de colores, olores y formas diversas.
Fuente: http://patios.cordoba.es/index/index
Fotos: patios 2014 barrio de San Basilio y patio calle Marroquies ganador
Fotos: patios 2014 barrio de San Basilio y patio calle Marroquies ganador
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